Ayer terminaron las fiestas de Villaviciosa. Me he abstenido
y las he sufrido. Una pena que tengan tan poco que ver con lo que dicen
celebrar. No soy de iglesia, secta o casta alguna; pero siempre he imaginado el
pesebre como un lugar de acogida para un parto y me ha merecido mucho respeto.
Las fiestas de Villaviciosa son un despilfarro de decibelios, de fuegos
artificiales y de botellones. Han durado una semana y hoy había mucho silencio;
la mayoría está de resaca, hasta que, no sé por qué, han vuelto a tirar coetes.
Hoy dos diarios me han publicado un artículo en el que trato
de exponer mis inquietudes, pondré los enlaces al final; agradecería la
lectura, los comentarios, la difusión, en el caso de que compartáis mi opinión
de que necesitamos, urgentemente, una buena limpieza.
Lo mejor es que he vuelto a mi cuarta novela, que había
abandonado desde hace ya demasiado tiempo y creo que mañana terminaré los
arreglos del capítulo I de forma que minimice mis miedos y vuelva a dar
pasitos, por pequeños que sean
http://www.lacasademitia.es/articulo/firmas/intocables-carlos-ortiz-zarate/20140918084332034374.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario