He encontrado, por casualidad, como ocurre con las cosas
buenas, esta nueva versión de “ Porque vivimos a golpes,
poema de Blas de Otero,
Me parece genial que Paco Ibáñez haya roto su largo silencio
y subscribo las razones que declara para hacerlo y la dedicatoria al joven de 17 años. En efecto es el momento de
recordar el poema “Porque vivimos a golpes”, “porque apenas se nos deja decir
que somos quien somos” y por el resto. La “poesía” ya no es un arma cargada de
futuro y necesitamos más que nunca el “agitprop” que hemos perdido, porque
preferimos consumir la cultura que protege nuestra “Santa siesta”. No estamos
tocando al fondo, cada vez nos hundimos más en el autismo, lo que consideramos,
lamentablemente, como nuestra única alternativa al autismo.
Paco es el mismo Paco de entonces, a pelo, sin “fardos” y
sin fardar. Estoy seguro de que hay muchos jóvenes de 17 años y de menos que comparten
el poema y el canto de un Paco Ibáñez envejecido mucho menos de lo que hubiera
imaginado.
Me ha hecho mucho bien y me ha dado mucha esperanza
escucharla. También me ha gustado ver a un viejo que comparte la esperanza con
jóvenes; así lo haremos mejor; digamos, a gritos, “las verdades: las bárbaras,
terribles, amorosas crueldades”.
Yo no tengo la verdad, tenemos que construirla, recuperar
nuestra cultura y despertar de nuestra “santa siesta”, adormecidos por una
cultura que no es la nuestra y que
cimentamos con nuestro consumo.
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