Las cuentas de la vieja
Son muy
anticuadas y todo lo que queramos, pero en las mismas; el pan es pan y el vino es vino. Todos
sabemos que las políticas aplicadas para
el rescate de Grecia han agravado el mal que pretendían combatir. La deuda
griega, en el momento de la firma del primer plan de rescate era del 146% del
PIIB, finales de 2010; tras el cruel
castigo impuesto a la población, la deuda sube, en 2011, al 171%. Desde
entonces no para de crecer. La vieja vería estos hechos y la imposibilidad, por
ese camino, del pago de una deuda que supera lo que el deudor produce. A la
vieja no podrían contarle las negociaciones entre la UE y Grecia como nos las
cuentan a nosotros.
El proyecto
de rescate no ha cumplido el objetivo proclamado, sino que ha agravado la
enfermedad. Ahora la Troika tiene, por la deuda, en sus manos, al gobierno
griego y pide nuevos recortes que someten a la población griega a unas
condiciones mucho peores que las ya infrahumanas que pesaban sobre ella, a cambio
de nuevos préstamos para pagar los vencimientos de deuda. La vieja no
aceptaría, simplemente, porque no serviría sino para aumentar la deuda.
Hace ya un
tiempo publiqué “el encanto de la deuda”, artículo en el que muestro que pese a
las proclamaciones de la UE sobre el objetivo de reducir la deuda, la última no
ha cesado de aumentar, en todos los Estados miembros, desde la fundación de la
Institución. La vieja que es más buja por vieja que por el diablo, piensa que
si no se cumple con los objetivos, no hay más que dos alternativas: la
incompetencia o que los objetivos proclamados no son los perseguidos. En
cualquier caso, el gobierno griego ha presentado un proyecto y está apoyado por
los ciudadanos. No se está teniendo en
cuenta sino los discursos del poder, de un poder que, desde luego, no ha
mostrado capacidad o voluntad por resolver el problema.
La vieja nos
contaría muchas más cosas, con su procedimiento para hacer cuentas, pero parece
que preferimos que nos cuenten otras cuentas.
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