sábado, 19 de septiembre de 2015

El discurso de la amenaza

Siquiera se respetó la tregua de lo Cien días a los gobiernos del cambio,pero no se escuchan voces que pidan cuentas a la Unión Europea por el incumplimiento, año tras año, de objetivos proclamados desde la gestación del proyecto común. Es llamativa esta benevolencia cuando los efectos de los incumplimientos están aumentando la desigualdad entre los Estados miembros y al interior de los mismos, recortando los derechos ciudadanos y activando los graves conflictos que nos toca vivir. Es escandaloso que, en lugar de rendir cuentas, nos amenacen si queremos encontrar alternativas a un proyecto que hace aguas.

En su declaración del nueve de mayo de 1950, Robert Shuman proclamó:"Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho", Entonces el proyecto era la CECA y los padres fundadores pensaban en una Federación de la Europa de las Regiones.
El Acta Ünica Europea, del 17 de febrero de 1986 insiste en la prioridad de lograr la cohesión económica y social. Sin embargo, ya existía el conocido como el Archipiélago de Europa;una red de ciudades que concentraba y concentra el grueso de la riqueza comunitaria. No se han producido avances, sino al contrario. Lo mismo se puede decir de la Europa de las Regiones, el poder de la UE está concentrado en los Estados ricos y la cohesión no es sino una mera proclamación, sistemáticamente incumplida.
De esos polvos vienen estos lodos,pero,la UE, en vez de someter a diagnóstico y terapia un funcionamiento que hace aguas, amenaza a los griegos y a los catalanes que quieren votar por alternativas. La actualidad también nos muestra el fracaso de la Política Agraria Común (PAC), que no cesa de incumplir sus objetivos proclamados de mantenimiento del territorio, protección  del medio ambiente y desarrollo local. El conflicto de la leche, la desertización rural y el uso de substancias agresivas para el planeta y para los consumidores me parecen pruebas de este fracaso.
Las amenazas, las tragedias, la barbarie y el miedo no nos dejan escuchar las voces sobre los resultados obtenidos en los Cien Días de los gobiernos del cambio o que reclaman el rendimiento de cuentas de la UE.

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