viernes, 8 de septiembre de 2017

Nuestra cita cotidiana

Juan de Dios  Ramírez Heredia


Villaviciosa, 7 de septiembre, 20:03 h.

¿Tarde perdida? ¿Añoranza? El recuerdo de la conversación con Lizy me lleva al siete de junio de 1978. El diputado de UCD, de etnia gitana,  defendió  una moción no de ley en defensa de la población gitana, que fue aprobada por 280 votos, unanimidad si no hubiera habido una abstención y un voto nulo.
El parlamentario solicitaba la supresión de tres artículos del reglamento  de la Guardia Civil contra los gitanos, que provenían del afán  de los Reyes Católicos contra la población nómada.
Parece que hay una tregua en el lanzamiento de cohetes. Tengo que aprovechar para sacar a Julen; todos los perros, aún los de caza, se asustan por la explosión.
A mi compañero le gusta el césped de los bloques, sobre todo cuando hay alguien sentado en algún banco. Ahora está un hijo, junto a él, su madre en silla de ruedas. Los conozco desde que me instalé en Villaviciosa. Son gitanos, él andará por la cincuentena, ella es octogenaria. Se siente la tranquila ternura. Eso me llamó la atención y como los paseos son frecuentes, me los encuentro casi cada vez que salgo. Siempre hablamos. No conozco sus nombres. Para los tres es agradable el encuentro. Compartimos tanto que carecemos de la necesidad de “marcarnos”.
– ¿Qué piensa usted de  Juan de Dios  Ramírez Heredia? –Me dirijo a la madre, pero me responde el hijo:
–Es una de las mejores voces del pueblo gitano.
¿Por qué calla ella? Intento sacar su respuesta con mi mirada. La suya expresa cansancio.
–Mis padres trabajaban el mimbre y la madera, hacían cestos y sillas. Toda una economía itinerante: el material, el secado, los mercados. Éramos felices y limpiábamos ríos y bosques en territorios condenados a la despoblación, íbamos a los mercados del entorno. Es lo que llaman desarrollo local limpio, ¿no? Tenemos voces, pero aún no he escuchado esa. Se nos echó sin habernos encontrado substitutos: los cauces fluviales y los bosques no se limpian, se despueblan  territorios…
No expresan rencor. Son miradas tristes, ambos retienen lágrimas. El explica:
–Mi padre murió antes de que se cumpliera el año de que nos instalaran en los bloques. Ella – Señala a su madre–, se negaba a salir hasta que…
Su mirada a la silla de ruedas es suficiente.
–El siete de junio de 1978…
No me corta. Siento como si me diera voz:
–Se nos escuchó en el parlamento. No impidió que continuáramos sufriendo la persecución que nos trajo aquí, que se desborden los ríos, se multipliquen los incendios, desaparezcan nuestros oficios y los mercados se transforman en “mercadillos”.
–Salieron a relucir muchos “trapos sucios”. Hasta  entonces parecía que Hitler solamente hubiera exterminado judíos. Franco no quedó bien. Conseguisteis un gran apoyo parlamentario…
– ¿Debo recordarte que en 2017 impera la convicción de que la justicia española está hecha para “robagallinas” y que el cabreo del planeta está gritando?
A mi mirada de admiración responde:

–Cobramos una pequeña pensión gracias, en parte, a Juan de Dios Ramírez Heredia, quien facilitó que nos metiéramos en el régimen de autónomos. Opté por cuidar a mis padres. Cuando estoy libre, me informo.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos es Iris gracias por la cita de noy, particularmente desconocía quién es Juan de Dios Ramírez Heredia.He ido a Internet a buscar más información sobre él.
    Es interesante la diversidad de libros que ha escrito sobre la etnia gitana.

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  2. Gracias, Iris. Es, en efecto, una de las voces y buena. Sin embargo, el parlamento español y la UE, aplauden, pero no aplican.

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