Sinceramente, no me apetece escribir este comentario y
lo hago porque creo en el proyecto que intento transmitir en el blog; tengo que
mantener la audiencia si quiero que germine algo. Vayamos a la apetencia,
porque no se trata de un fenómeno tan sencillo y merece un planteamiento. No es
mi intención adentrarme mucho en el concepto, me basta con señalar que, además
de los síntomas a los que somos más sensibles, en unas circunstancias
determinadas, están los otros, los que tienen que ver con el proyecto aludido.
Estoy convencido, me repito, de que nuestro sector es uno de los que más fácil
tiene la supervivencia en las circunstancias que nos toca vivir y añado que
tenemos la obligación de hacerlo porque está en nuestras manos el mantener
otras voces que las de una cultura dominante cada vez más concentrada y
poderosa. Me siento muy implicado porque lo que tengo no me gusta y quiero
vivir en mi mundo y con mi gente.
Supongo que los fieles de este blog estáis interesados
en el tema, porque hay un seguimiento casi inmediato entre otras conjeturas. He
indicado ya en muchas ocasiones que me encantaría contratar, de vez en cuando,
los servicios de un buen corrector/a que tenga tarifas que pueda pagar y sobre
todo, que nos entendamos. También estaría dispuesto a pagar los servicios de
una edición de calidad. Lo que no tengo, es precisamente lo que quería, la
promoción, que está en manos de los poderosos.
No sirve de nada publicar si no se llega a los
destinatarios; los “poderosos” monopolizan los recursos, nosotros, tenemos que currárnoslo
y desde luego; en una sociedad encerrada en la burbuja y acosada por el tiempo,
no podemos hacerlo solos. Necesitamos cómplices y los tenemos en las víctimas
del “libro”.
No haría falta que fuéramos muchos para empezar, es lo
bueno: bastaría con que estuviéramos de acuerdo en lo que entendemos por libro
y que construyéramos nuestra marca y con que hiciéramos un proyecto de negocio
que minimizara la inversión, garantizara, a corto plazo la misma y que fuera
ágil en el proyecto de negocio para invertir los beneficios.
Claro que el primer paso es ponernos de acuerdo en la
marca, en el libro, en la voz. Yo hago lo que puedo para mostrar la mía y para sugerir
acciones. Agradecería que alguien dijera algo. Esta era la razón de mi falta de
apetencia. Luego está la otra, la que me ha empujado a escribir esta entrada y
a no tirar la toalla.
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