Casandra
Esperanza Aguirre, Yolanda Barcina y
Ana Palacios, entre otros, representan a Casandra en la actualidad. Es una mala
tragedia griega inadmisible en el contexto.
Casandra sabe que se producirán los desastres
de la Guerra de Troya, del asesinato de Agamenón y de su propia perdición, pero
no puede hacer nada para evitarlo; se lo impide Apolo. Aquella está muy
presente en la actualidad española, interpretada por Esperanza Aguirre, Yolanda
Barcina, Ana Palacio, el ministro de Interior, ciertos empresarios….Presagian
horrores tras los resultados de las recientes elecciones que han dado más poder
del que estiman se debiera a las “fuerzas del mal”, la decisión tomada por los
votantes es su Apolo. Echo en falta la
presencia del último en los escenarios
que nos imponen y sin pretender ser su voz, me sitúo en la perspectiva que
justifica la impotencia de Casandra.
Cualquiera
de las Casandras presentes en la actualidad se desacredita al considerar que
las instituciones han legitimado partidos maléficos. Es difícil comprender que
se pase por alto tal violación de la democracia que ya era patente en la
precampaña y la campaña, como señalé en “La abstención en cuestión”.
Los augurios
suenan terribles, invocan las amenazas de los regímenes de Hitler, Stalin, ISIS,
Venezuela, Argentina ETA o el caso griego. Es, cuando menos, curioso que la
base argumental sea la premisa de la posesión de la democracia de las, los
augures; el resto es una tautología. No es serio que las elecciones y las
negociaciones para constituir los nuevos poderes se vean impactados por
discursos que afectan los procesos y no están fundamentados. Apolo desactivaba
la influencia de Electra, los medios de comunicación potencian las
interpretaciones de las actuales Casandras.
Si nos
fijamos en las mismas, el descrédito es aún mayor. Todas/os ellos abusan y se benefician del poder y los augurios de los resultados de
las últimas elecciones no les son favorables. Hay más, los abusos de poder
están implicados en causas que nos afectan gravemente, como son los casos del
rescate bancario por la mala gestión de las Cajas de Ahorro, por la corrupción
o por la obstinación en defender la mentira de la potencia iraquí en armas de
destrucción masiva.
Resulta
patético que Ana Palacio mencione el peligro de ISIS, cuando esta fuerza surge
de la destrucción de los Estados, en la que ella participa tan activamente, no
solamente en su encarnada defensa de la destrucción de Irak, sino también como
vicepresidenta de Areva, la empresa semipública francesa que explota el uranio
en minas a cielo abierto, sin protección alguna para sus trabajadores
desprotegidos por Estados fantoches.
Lástima que
los “hacedores de opinión no se fijen en esos detalles. Lástima que nadie haga
nada, por estar tan ocupados por los escándalos, la frenética destrucción de
documentos o la salida de la Pantoja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario