miércoles, 2 de diciembre de 2015

Mi cita a ciegas

No puedo dar su nombre. Es una chiquilla de 85 años a quien habría que pedir el NIF para creer que tiene esta edad. En las últimas elecciones ha votado a Podemos. No tiene aún decidido su voto para las próximas, aunque reconoce, como yo que le inspira más confianza Garzón, si, realmente, logra limpiar y terminar con el zafarrancho de IU.
Nos encontramos ayer por primera vez, y llegó a la cita con veinte minutos de retraso. No hizo falta el recurso a la rosa o al libro, siquiera lo habíamos planteado.
Es una niña traviesa que fue sorprendida por su familia; se presentaron de sopetón en su domicilio cuando se disponía a acudir a mi encuentro.
-¿Sé lo has contado?
-¿Crees que estoy loca?, son tan “mayores” que me “pasarían un buen repaso… -Se ríe porque está convencida de ser la última en reír- Tampoco saben lo que voto. Son de los que creen que Pablo Iglesias nos llevaría a los infiernos. Con la excepción de mi nieta Ana, que decidió con la oposición de todos y con mi bendición, abandonar un puesto suculento que tenía aquí, para irse a Holanda a ocupar uno peor…. ¿Y tú, tienes hijos y nietos?
-No
-Si no hubiera tenido hijos, habría adoptado unos cuantos…
Ahí tenemos una discrepancia. Yo nunca hubiera querido tener hijos, me horroriza esa responsabilidad.
Estuvimos un rato en la terraza del bar Mojito, frente a la playa;  Julen y yo nos dimos el placer de acompañarla a su casa. No concertamos cita, ambos sabemos que tenemos que leernos antes, yo su biografía y ella Esto es un infierno

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...