miércoles, 29 de junio de 2016

Nuestra cita de los miércoles

Ha vuelto el otoño a Villaviciosa. Es lo que hay, y yo escucho:  “Oye Abre Tus Ojos Mira hacia arriba Pincha si quieres escuchar La vida tiene cosas bonitas y la mía las tiene, pero hay  que atravesar los nubarrones. Quiero contarte una cosa muy bonita que me ha pasado. Hace un año más o menos me llamó Juan para informarme sobre su oferta de compra para una casa familiar que tenemos en venta. Tengo un tercio de la propiedad, pero hemos designado a uno de mis sobrinos como negociador. Así lo comuniqué desde que escuché la razón de la llamada y sentí que mi interlocutor era consciente de la situación pero que optaba por contarme su cariño por la propiedad. Viví su entusiasmo. Era una cariñosa caricia para todos los recuerdos y los esfuerzos de los finados: mi padre y mi hermano y mi madre. Juan y su pareja, Ensa han luchado durante todo un año, para que mi sobrino acepte una  oferta que me parece  razonable, además de los sentimientos que ya he indicado. No así a las otras partes.
Juan ha seguido llamándome desde entonces y está surgiendo una amistad entre Ensa, él y yo. Han encontrado una casa en un pueblo cercano, pero siguen lamentando no haber llegado a un acuerdo para adquirir la  casa que querían y que yo sigo queriendo.
No te cuento una simple anécdota. Basta un detalle;  en plena mudanza, Ensa encontró los periódicos que leía su abuelo en 1944 y 1945 y pensó que podrían interesarme. Cuando respondí afirmativamente, los empaquetó con mimo y me los envió. ¿Conoces a mucha gente capaz de hacer tal esfuerzo cuando tenía que confrontar los nubarrones de una mudanza?
Aún no nos conocemos, pero me han invitado y voy a ir, y ellos van a venir a Villaviciosa. Compartimos sueños.
También hoy he recibido un mail de Noelia, la hija de Simón, del bar Simón de Medina Sidonia. No todo ha salido como esperado en Medina Sidonia, pero Noelia y Simón siguen manifestándome su amistad.
Mira bien; seguro que encuentras cosas bonitas tras los nubarrones. 

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