domingo, 4 de septiembre de 2016

La Reforma y la Contra Reforma


Hay un antídoto contra la manipulación de una actualidad en la que no hay acuerdo de investidura.

Recuerdo que en Sociología de la Religión, en aquellos felices, 60s, el tema de disertación era “¿Dios es francés?” Disponíamos de cuatro horas. No recuerdo cómo salí del embrollo o el nombre del profe. Solamente recuerdo que recurrí a Max Weber y que suspendí “porque mi planteamiento mostraba mi parcialidad Contra reformista, agravada por mi españolidad”. Estábamos en una Facultad marxista, en Lille; yo había huido de la España del Nacional Catolicismo y mi disertación se centraba en los estudios del filósofo sobre perfiles de católicos y protestantes en sus época y entorno. Me había suspendido la mirada de un protestante que odiaba a Max Weber y representaba “el orden”. El dogma se imponía, reforzado por las Guerras de Religión. Lo mío no contaba.
Te lo cuento, porque, en tus circunstancias, estoy seguro de que has vivido este tipo de situaciones  y compartes esa sensación que tenemos muchos; la impotencia.
Pues no; amig@s; no estamos solos en sentir repugnancia por la actualidad de este domingo. Te lo cuento muestro sólo  con un artículo de  “El País” :” Guindos y Rajoy defienden el cargo dado a Soria: “Sería ilegal negárselo” : Pnicha para leer el artículo 
Pienso que con el título es suficiente;  nos hablan de una ilegalidad inventada por ellos y transformada en dogma de fe que no se sostiene; pero que funciona como dogma. Ese es el problema: pese a que haga falta  inventarse unas normas y de proclamar  que el Banco Mundial sirve para eso. Es una provocación. ¿Por qué no sabemos responder? Simplemente porque nos resignamos a que lo nuestro no cuente. ¿Hasta cuándo?

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