sábado, 5 de agosto de 2017

Nuestra cita cotidiana

Hoy he aprendido mucho de dos mujeres venezolanas: Mariana e Iris. La primera estaba aquí y ha sabido pilotar mi naufragio. La segunda está en Táchira y desde allí ha resistido los cañonazos. 
Te la cuento en mensaje de twitter: llamada negativa alarma error tecnológico respuesta interpretación neurasténica paciencia de ambas.
Ahora la historia:
A primera hora de la mañana he tenido una llamada muy desagradable. Quería comunicarlo a Iris sin incomodarla en sus tareas. He visto que estaba atareada en twitter. Interpretaba que si usaba la opción “twtter Iris” que se encuentra en su muro, enviaba un mensaje privado. A veces he tratado de utilizar la opción “enviar mensaje a” y la he encontrado más complicada. Bueno, para mí, era una verdad clara y distinta. En mi mensaje pedía a Iris que no lo metiera en Twitter, porque en otras ocasiones ha pasado. No me gustaba que lo hiciera, y me callaba. Insisto en que yo estaba convencido que mi opción era mensaje privado. Error técnico, pero “twitter a” tiene significación de privacidad. Nadie me ha enseñado a manejar twitter, voy aprendiendo muy poco a poco.
Estaba furioso con Iris hasta que Pierre me ha mostrado que he sido yo quien ha publicado el mensaje y me ha enseñado a borrarlo.

Mariana e Iris, a kilómetros, han sosegado la tormenta. Es cierto que Pierre ha sido quien me ha mostrado mi error. La borrasca  era terrible, ha durado horas: las dos mujeres, unidas en la distancia, cada una a su manera, han salvado la barca y el pescado.


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