sábado, 9 de septiembre de 2017

Nuestra cita cotidiana

La rumba catalana
Villaviciosa, ocho de septiembre , 20:06 h.
Hoy es el día de Asturias. He comprendido el porqué tiraban cohetes. No lo había previsto y me ha cogido sin provisiones. Lo peor es que pensaba visitar al médico para conseguir la receta indispensable. Se me han agotado las pastillas para dormir.
– Guardia civil o vigilante de seguridad.
Es la respuesta a mi pregunta sobre qué quiere ser de mayor. Sonríe el amigo de Julen, un niño gitano que se acerca dos o tres veces al día al ventanal de mi entresuelo. Mi mascota invita sin pudor.
– ¿Y tu hermana?
–Se ha quedado en casa.
–Te preguntaba lo que quiere ser de mayor.
–Cantante y bailarina.
-¿Por qué se ha quedado en casa?
-Cabreada porque “pa”la ha castigado.
Imagino que Joan se alegra de que su hermana Carma sufra. Siempre están juntos y cuando él la provoca, ella amenaza con contárselo a “pa”.
– ¿Habéis celebrado el día de Asturias?
Mi pregunta va con coña. Hace tiempo que sé que la familia se siente catalana. El detalle de los nombres ya es significativo.
–Nosotros tenemos la  Diada de l'onze de setembre.
En Catanunya se visibilizan las reivindicaciones de un pueblo que fue derrotado por  por las tropas borbónicas (1714) y perdió  sus instituciones.
Joan no quiere meterse en esos berenjenales. Es gitano y catalán.
Han pasado las horas. No puedo dormir por los ruidos. Llevamos ya días y días de celebraciones y aún quedan las fiestas del Portal. En los bloques tienen un castigo superior al mío. Han lanzado los fuegos artificiales, unos veinte minutos, antes sus puertas.
No hay presupuesto para personal de apoyo en los centros educativos. Sí lo hay para tres semanas de fiesta. Me hubiera gustado conocer la opinión del “pa” de Joan y Carma. A falta de ello, he pensado en Viki, que quería ser maestra y no había con qué pagarle. Joan y Carma se sentirían más asturianos y verían un futuro más acorde con su situación si se les ofrecieran talleres de la artesanía de su raza. Viki sería feliz si pudiera trasmitir su amor por el azabache, la piedra emblemática de la Villa.
Los padres de Carma y de Joan mamaron el catalanismo con la “rumba catalana”. Lo sé por la pasión que ponen ambos cuando hablan de Carmen Amaya.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abuelo Leopoldo: Hablando en Cobre

 El abuelo Leopoldo – ¿Por qué has llegado tarde? Me preguntó, cariñosamente, mi abuelo materno. –He estado jugando con mi amigo Bertín. Nos...