jueves, 25 de enero de 2018

Prólogo

En Memoria de Ensio Viera Curbelo
Prólogo
Villaviciosa, 15 de enero de 2016.
Los orígenes de los cuentos se pierden en épocas remotas, más allá de la escritura. Nos han llegado esculpidos por la última.
Eran voces y oídos que recorrían caminos, montes y mares
La escritura es un acto solitario que encaja en un territorio y en un tiempo.
Así ocurre con Cenicienta:
La Gatta Cenerentola ,de Giambattista Basile, la primera versión escrita que conozco, se traduce al napolitano del XVI.
Han tenido más difusión las versiones de Charles Perrault, en francés del XVII y la de los Hermanos Grimm, en alemán del XIX.
El cuento que nos ha llegado es la historia de una niña robada, que es buena y aguanta hasta que encuentra un hada que la pule y pone en evidencia su valor.
Pues yo no podía esperar al hada. Tenía que cumplir mi promesa de escribir su historia que había hecho a Ensio Viera Cúrvelo.
No me fue posible en vida de éste, y en los años trascurridos desde su  muerte , he escrito cosas sobre él, pero me había quedado con hambre.
En diciembre último recibí  un mensaje de Uruguay. Era alguien que buscaba información sobre Ensio y que me contactó porque Google le había llevado a mis relatos.
Me pareció que se había presentado, al fin, el hada que sacaría a Ensio del olvido.
Me puse a trabajar y encontré más signos de la inminente llegada de esta señora.
Después nada.
No podía ya esperar y me dije.
“Ahora o nunca. Pa chulo yo”.
 No puedo esperar tantos años como los que he esperado. Ya no me quedan muchos.
Bueno…, bueno… Tengo que reconocer que no he estado solo. Ensio era un hada madrina.


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