Ayer llegamos a Alicante a las 21 horas. Nos
esperaban Beatriz y Alma. Está claro que nos atraemos y estoy seguro que Iris, Álvaro
y Adrian y tú también estáis atrapados.
Había tenido un día chungo. Basta con
contarte que llegamos a la estación de Gijón justo cuando cerraban las puertas
de Alvia que nos trasladaría a Alicante. El taxista me llevó a Mieres para que
pudiera embarcar y tuve unos minutos para echar unas caladas antes de que
llegara el tren perdido . Me confundí de Vagón, lastima; estaba rodeado de
simpatía, raro en preferente de Alvia. Estaba en animada conversación cuando el
revisor me previno que ocupaba un asiento equivocado. Mi billete era del coche
3 y yo estaba en el 2. El traslado fue fácil, otra cosa era el ambiente, en mi
nuevo entorno no encontré sino rechazo, pijorío y necedad. Viajo en preferente porque el
billete de Julen es gratis y lo que me cobran en turista supera la diferencia
de precio.
Alma Beatriz y yo iniciamos retazos de
nuestras vidas y vivencias en el trayecto hasta la casa, en pleno campo, a 25
Km de la costa.
A Beatriz y a mí mos dieron la 1 y las dos.
Esta mañana me he levantado a las siete, fresco como una lechuga acariciada por el rocío.
Beatriz se estaba poniendo el casco para
subir a la moto que la llevará a su trabajo.
No te cuento más: hay algunas nubes pero
acaricia el sol y como anocheíhablamos de Dolores, y decidimos que tendría que
haber borradores de capítulos, como
prometido, pues hoy habrá también capítulo. Estás con nosotr@; pero tenemos
muchos proyectos para que Alicante perciba mi paso y para gozar de nuestra
atracción.
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